—¿Quién es esa?
—¿Cuál piko?
—Esa que tiene medio enrulado su pelo.
—Quién…
—Así así más o menos es.
—¿Rubia?
—Sí.
—Ah, esa… Treintona ya es.
—¿Cómo se llama?
—Crislaine. Mi vecina es.
—¿Rapai?
—Hẽe. Hace cinco años más o menos, no sé si es que me acuerdo bien, quien más bien estaba en nuestro barrio era ella. Después nomás dice que empezó a ver mucho así programas de concursos y eso. Primero los domingos nomás, Silvio Santos… En su estante tenía montón de juegos, “Preguntas y respuestas” kuéra.[1] Y comía y comía y jugaba y jugaba. Cómo te voy a decir… Parece que regía lénto[2] luego su vida, ¿entendés pa?[3]
—…
—Y después un tiempo su marido que antes celaba mucho por ella ya no le hacía más caso, andaba así con otras mujeres y eso. Si empezó medio a engordar, verdad, y…
—Y se separaron…
—Sí, y ahora parece que se gusta de Miguel...
—…
—¡Qué pasó o qué?
—¿De Miguel se gusta?
—Sí, ¿por qué? Y Gabriel también le gusta, yo suelo hablar con ella.
—…
—Bueno, y ella siempre está sogue,[4] porque mi mamá pues es modista y siempre le hace fiado y nunca le paga, pero tiene si-que, y querés saber luego de dónde lo que quita porque tiene para pagar cable, para tomar y para su Internet.
—E’a.[5]
—Y no se despega luego de Internet dice que. Yo encontré su perfil una vez y he visto que tenía una comunidad virtual de ese juego Trivial, famoso es, seguro que conocés…
—…
—Tiene un su novio virtual ndaje[6] ahora.
—Piko!
—Sí, de Nueva Zelanda mba’émbo[7] es.
—Y le gusta también esos concursos de preguntas y respuestas seguro…
—Hẽe… Así dice que…[8]
—¡Y entre los dos se saben todas las respuestas del mundo! ¡Jo, jo!
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